What a difference a day makes! La constancia, la clave del éxito.

A veces coincido con un alumno que había tenido en clase hacía unos años, un alumno que quizás tenía dificultades de aprendizaje, tenía dislexia y que estaba un poco desmotivado y, ¡me quedo maravillado con la transformación! Comparado con sus primeras tímidas incursiones en el mundo del inglés, veo la seguridad, la familiaridad con el inglés y la relativa facilidad con la que se mueve un par de años después.

 

Cuando un alumno lleva dos o tres años de estudio del inglés, los cambios en su conocimiento del idioma respecto a cuando empezó son realmente notables. El vocabulario es mucho más extenso y las palabras nuevas se adquieren con relativa facilidad. Se sienten cómodos en un entorno de habla inglesa y saben desenvolverse en inglés. En general, los alumnos están cada vez más expuestos al inglés, en el colegio, en las redes y con la música, lo cual nos permite en las clases enseñar un inglés más especializado, más rico y significativo para ellos.

 

Lo que también observo en los alumnos que una vez empezaban sus clases un tanto tambaleantes es, que ahora, con un par de años de estudio bajo el brazo, entran en clase con pie firme, saludan con voz fuerte y cuando toca trabajar, saben lo que se espera de ellos. Y, ¡están a la altura!

El roce con el inglés día a día, la familiaridad con el tipo de ejercicios y las expectativas del profesor son los elementos que conducen al éxito de los alumnos. Desde el alumno que necesita ir a su ritmo para consolidar conocimientos al que va rodando con facilidad y necesita subir de nivel, la constancia es la clave para aprender el inglés de manera eficaz.

¿Te interesa ver cómo se conduce una clase de inglés?

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