Una profesora australiana me explicó una vez que, desde parvulario, los niños australianos pintan el sol de color negro. Me impresionó que la llamada a la conciencia sobre el peligro de la exposición al sol en Australia estuviera tan integrada en la educación de los niños desde tan pequeños y que, desde la primera infancia, esta realidad quedara reflejada en sus expresiones artísticas del sol.
Afortunadamente, entretejida en nuestras enseñanzas del inglés, está también la constante llamada a la conciencia sobre nuestro planeta. Algunas unidades de los libros de texto, como Animal Habitats despiertan el espíritu protector de los niños mientras aprenden sobre los animales en su plenitud, viviendo libres en su hábitat natural. Otras unidades como, Reduce, Reuse, Recycle mezclan la ingenuidad, la creatividad y la ciencia para reducir, reutilizar y reciclar los plásticos en un sutil recordatorio sobre la necesidad de comprometernos por el bien de la salud de nuestro planeta.
En secundaria, tocamos muchos temas que fomentan la toma de conciencia sobre nuestra tierra y cómo protegerla para las futuras generaciones de personas y animales. Desde los plásticos en el océano a la explotación del tráfico de pájaros en la selva, desde los terribles efectos de nuestra huella en la industria del ocio a la contaminación de la industria del sector textil, el aprendizaje y la sensibilización sobre el cuidado de la tierra van de la mano con la habilidad de hablar sobre ello con naturalidad, en inglés.
Al igual que los colegiales que pintan el sol de color negro, los niños y jóvenes, a través de sus clases de inglés, tienen muy integrado cuál es la huella humana en la tierra y qué acciones necesitamos tomar para reducir el impacto del comportamiento humano en el planeta tierra. Y cómo ellos, los changemakers del futuro, inspirarán a otros a crear un mundo en el que cada día sea Earth Day.
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