Has hecho mucha gramática, pero, ¿HABLAS inglés?

Si la respuesta no es un rotundo SÍ, ¡entonces no hace falta que sigas leyendo! Esto es para los que sí que llevamos años estudiando inglés, nos sabemos los verbos irregulares, el presente perfecto e incluso algún phrasal verb, pero pídeme que converse contigo en inglés y de repente desarrollo un tartamudeo, pérdida de memoria y mutismo repentino que me hace parecer tonto.

 

 

 Hablar inglés es una delicia para el cerebro. Te obliga a centrarte, ordenar las ideas y buscar maneras de expresarte, formar frases complejas y articularlas de manera comprehensible. Entonces, en tu clase de inglés, una buena parte de las actividades tienen que estar dedicadas a comunicarte, ¡en inglés! Work in pairs, discuss in pairs, describe, ask your partner, listen and answer your partner, explain your answer, compare and contrast…Es decir, una clase de inglés que fomenta la expresión oral te está pidiendo un trabajo de cooperación entre la gramática que sabes, el vocabulario que has aprendido y la buena pronunciación que has cultivado.

 

¡Hablamos de emociones! ¿Cómo te sientes cuando estás hablando en inglés? Una vez que coges rodaje, ¡la sensación de hablar en inglés sienta bien! La actividad cerebral de convertir una idea a una frase y de allí, a una verbalización en 40 milisegundos, ¡es super emocionante! ¿Quién necesita el gimnasio cuando puedes ejercer la mente a una velocidad mucho más rápida de lo que jamás conseguirás en las maquinas?

 

Hablar inglés es un placer para las sensaciones. Venir a clase es un momento perfecto para sociabilizar en inglés con otros compañeros de viaje lingüístico. Hablar inglés es un estímulo que favorece la agilidad y la conciencia mental. Entonces, cuando busques una academia para aprender inglés, asegúrate de que el foque de las clases sea comunicativo y que el profesor tenga claro que tu estás allí, ¡para hablar inglés!

¿Dudas?: https://www.thames.es/la-letra-con-sangre-entra/

 

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