
Si vives en una pequeña aldea en la China y solo hay una única escuela encima de un precipicio rocoso, ¿qué haces? Y con esta vertiginosa contemplación, creamos un vacío de información, an information gap, y con ello, la inmediata curiosidad de saber cómo demonios los niños llegan a la escuela. Son los niños de Atuler, en la provincia china de Sichuan, que escalan 800 metros de roca, trepando por escaleras, (¡ahora hechas de metal!), para llegar a la escuela en la cima de la montaña, y que, a las dos semanas de clase, descienden por las mismas escaleras para llegar a casa.
Cuando enseñamos inglés desde un lugar de asombro y curiosidad, estamos trayendo la vida real al aula y, a la vez, hacemos que el aprendizaje de los niños cobre vida. Mientras nos maravillamos por la hazaña de los colegiados chinos en su aterradora escalada y descenso por el precipicio de la montaña, estamos trabajando los comparativos en inglés y la comprensión oral, ya que la lección sobre los niños de Atuler se presenta a través de un video. La unidad en cuestión, A Different Education, trata de escuelas alrededor del mundo, desde los nómadas de Siberia, a los profesores de inglés robots de Corea de Sur y a las escuelas flotantes de Bangladés.

