Objetivo: ¡sacar lo mejor de mí mismo con un examen Cambridge!

Otro ángulo, emociones, compromiso, academia a tope y mucha mierda

¿Quién no se siente desalentado ante la idea de hacer un examen?

Pero ¿y si le damos la vuelta y lo vemos como una oportunidad de lucirse, de fardar de cuánto sabemos y de impresionar al examinador?

Visto desde otro ángulo, el examen coge otro color y, ¡hasta dan ganas de presentarse a un examen!

Desde una perspectiva emocional, en la preparación para un examen de B2 First, C1 Advanced o C2 Proficiency, entra en juego la integridad del candidato, su habilidad de gestionar la presión y el compromiso de cumplir con su reto personal.

Aprobar un examen de Cambridge requiere habilidad en las cuatro áreas lingüísticas (expresión oral y escrita y comprensión oral y escrita) para convertirse en un candidato exitoso.

Académicamente hablando, un certificado de Cambridge es una prueba oficial de conocimiento en lengua extranjera.

Es un plus para el CV y le da confianza al futuro jefe. Le dice que tienes espíritu de competición y un sentido de compromiso que te empuja a superar tu límite, y más allá.

También, demuestra que, en lugar de desmoronarte bajo el estrés, puedes trabajar bajo presión y que la agilidad mental y la determinación son tus aliados, un must para un puesto de trabajo que requiere constancia, compromiso e implicación.

Si el objetivo es sacar lo mejor de ti mismo con un examen de Cambridge, es una manera genial de mejorar competencias lingüísticas, enriquecer tu conocimiento del inglés y, ¡mostrar tu espíritu de lucha!

La recompensa de una buena preparación y un buen rendimiento en el examen de B2 First, C1 Advanced o de C2 Proficiency es el apreciado certificado de Cambridge en la pared. Y, con ello, buenas oportunidades en el mundo laboral, becas, puestos de trabajo bien remunerados y, sobre todo, ¡mucho prestigio!

Prepárate, preséntate y saca un aprobado con nota. ¡Mucha mierda!

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