
¿Qué hacemos en la clase de inglés? O más bien, ¡qué no hacemos! El aula, el patio, nuestros recursos como profesores y una buena dosis de creatividad son los ingredientes perfectos para crear una gran experiencia de aprendizaje en inglés. Los niños son aprendices activos y encuentran su conexión con el idioma a través de las múltiples actividades didácticas y lúdicas que hacemos en clase.
Nuestro primer contacto con los niños puede ser a través de una canción, de imágenes sobre el tema que trataremos, de un juego en el patio o de una actividad de imitación. La cuestión es captar la atención del alumno con algo que le atraiga y, a partir de aquí, involucrarle en muchas actividades o tareas breves, variadas, divertidas, a su alcance y cuidadosamente orquestadas por el profesorado. Nuestro objetivo dentro del aula es crear un entorno de trabajo que fluya y que, de esta manera, los niños se sientan motivados y con ganas de seguir participando en la experiencia de aprender inglés.


¿Qué hacemos en clase? Escuchamos, decimos, repetimos y leemos. En las libretas, escribimos, copiamos, dibujamos y, al final de clase, siempre escribimos 10 palabras nuevas que hemos aprendido. Los libros de texto son una gozada, repletos de imágenes, pegatinas y actividades como unir palabras, marcarlas con círculos o cuadrados, tacharlas, subrayarlas y responder preguntas. Además, disfrutamos escuchando canciones, cantando e, incluso, ¡creando nuevas estrofas!
Y, para redondear la clase, antes de irnos a casa, hacemos una fila en la puerta y para ganarnos el ticket para salir, ¡debemos dar una contraseña! Es decir, dos palabras que nos han gustado de la lección y una frase bien hecha. Y, así, nos vamos a casa satisfechos de haber aprendido algo nuevo y deseosos de volver a vivir la experiencia de la clase de inglés y ¡muchas otras actividades divertidas!
