¿Sabré la respuesta, haré el ridículo, me echarán de clase…? Tranquilo, a todos nos rondan estas dudas por la cabeza cuando pensamos en entrar en una clase después de dejar el aula años atrás. La buena noticia es que el enfoque del aprendizaje del inglés ha cambiado radicalmente y poco tiene que ver con la creencia de que la letra, ¡con sangre entra!
Ahora, somos más expansivos, más tolerantes y estamos más enfocados a la comunicación en inglés, lo cual es, desde luego, una manera mucho más divertida y práctica de aprender un idioma. Desde la primera lección, las actividades de clase se centran en la interacción verbal entre alumnos, actividades pautadas y hechas a medida del nivel del alumno, of course! Una clase de beginners, empezaría con introducciones, vocabulario clave o un quizz para hacer en parejas mientras una clase de C2 Proficiency arrancaría con una discusión sobre el impacto de recientes avances científicos.
A diferencia de los niños que absorben la gramática del inglés a través de juegos, canciones y otras actividades lúdicas y didácticas, los adultos sí que necesitamos una mirada más formal sobre cómo funciona la gramática inglesa. Cuando lo vemos escrito, podemos entender mejor la estructura gramatical porque nuestros cerebros instantáneamente buscan la lógica, los patrones de uso y las asociaciones del inglés con nuestra lengua materna. Por lo tanto, todas las actividades comunicativas que hacemos en clase son respaldadas por explicaciones, ejercicios y deberes, why not!
Si tu objetivo es saber hablar, comprender y comunicarte en inglés, es solo cuestión de apuntarte a un curso de inglés para adultos y disfrutar de las mil maneras de expresarse en inglés. Aprenderás vocabulario, pronunciación, gramática y habilidades de comunicación y, poco a poco pasarás de un nivel de principiantes a uno intermedio y sin darte cuenta, cuando te pregunten: Do you speak English? contestarás Of course!
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